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¿Qué tiene que ver conmigo? por Teófila Gottfried
Lo que leemos en la Biblia tiene que ver con todos los seres humanos, sean cristianos o judíos, ateos o agnósticos, budistas, musulmanes o adherentes a alguna de las filosofías o nuevas religiones que surgen en el mundo. ¿Por qué? Ver mayor información sobre este interesante libro.
Scripture of The Day - 1 John 4:1
Beloved, believe not every spirit, but try the spirits whether they are of God: because many false prophets are gone out into the world
Escritura del día - 1 Juan 4,1
Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo.
Bibelstelle des Tages - 1 Johannes 4,1
Geliebte, glaubet nicht jedem Geist, sondern prüfet die Geister, ob sie von Gott sind! Denn es sind viele falsche Propheten hinausgegangen in die Welt.
La misteriosa estrella de Belén identificada por la Biblia cristiana
¿Preferiríais eschuchar este artículo? De ser así, pinchad en la oreja. 
En este artículo no centraremos la atención en los sabios de Oriente ni en las muchas historias que se han inventado acerca de ellos…relatos que por cierto no se han basado en las Escrituras bíblicas. Vamos a centrarnos en el misterio de la estrella de Belén. Ahora ¿es realmente importante para nuestra salvación saber qué era esa estrella? No, no creemos que lo sea. ¿Por qué ocuparnos de esa pregunta, entonces? Ante todo, la estrella aparece en la Palabra de Dios. Y no descartamos por poco importante nada de lo que haya en la Palabra de Dios. Además, la estrella de Belén aparece en el Nuevo Testamento y apunta en forma directa al nacimiento del Salvador. Quienes han llegado a amar a Cristo se deleitan en aprender todo lo que la Biblia nos revela acerca de Él, y eso incluye a la misteriosa estrella de Belén que anunció Su nacimiento.
"Porque su estrella hemos visto en el oriente"
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle (Mateo 2:1-2).
La razón por la que muchos se preguntan qué fue la estrella de Belén es porque no puede haber sido una estrella de las que se ven todo el tiempo. Hay estrellas como la Estrella del norte (estrella Polar), o Sirio, o el sistema Alpha Centauri entre otros que pueden identificarse y que en estos tiempos modernos…así como en la antigüedad, se pueden ver por las noches e identificar. Pero jamás se ha identificado a ninguna estrella como la misteriosa estrella de Belén. Y más aún: parece que no hay nada en el espacio exterior que se condiga con la descripción de la estrella de Belén que vieron los sabios de oriente. Aunque los astrónomos han intentado explicar qué era la estrella, todas las explicaciones o suposiciones científicas presentan muchos problemas.
Se han propuesto toda clase de teorías, desde la posibilidad de que fuera un cometa hasta la de sugerir que fuese una conjunción de planetas. El problema está en que ninguna de las teorías encaja con la descripción de la estrella de Belén. Se ha sugerido que la estrella era en realidad un cometa. Pero en la antigüedad, a los cometas se los relacionaba con malos presagios. Y los sabios no habrían ido hacia el sur, de Jerusalén a Belén siguiendo a otros cuerpos celestiales. Ninguna de las teorías que han propuesto los astrónomos, además, logra explicar de qué manera una “estrella” – o cualquier otro cuerpo celestial para tal caso – pudiera trasladarse, detenerse y mantenerse justo sobre el lugar en donde residía el Rey bebé. Si nos detenemos a pensarlo, las estrellas son tan brillantes y candentes que ni siquiera nuestro sol – que es una estrella – podría acercarse tanto a la tierra como para marcar la ubicación de una casa. Porque ardería el planeta. Así que ¿qué pude haber sido esa misteriosa estrella de Belén que anunciaba el nacimiento del Rey?
Sucesos divinos y creación divina
Antes de hablar de lo que revela la Biblia acerca de la misteriosa estrella tenemos que recordar que hay cosas y sucesos que Dios decide que sucedan o existan tan solo para un propósito específico. Nunca vuelven a aparecer, ni a suceder. Por ejemplo, en el capítulo once del libro de Génesis leemos que en el principio todas las gentes de la tierra hablaban el mismo idioma. También se nos dice que el Señor creó cantidad de idiomas diferentes. Nunca más se dio esa confusión de lenguas. En Génesis también aprendemos que Dios destruyó a la primera tierra con el Gran Diluvio, y de ese suceso hay prueba científica. Pero Dios nunca más ha causado destrucción universal mediante un diluvio...tal como lo prometió (Génesis 6:13-9:13). En el libro de Jonás leemos que Dios preparó a un pez para que se tragara a Jonás (Jonás 1:17). Pero no leemos que Dios haya preparado algún otro pez especial en otra ocasión. Por cierto, el nacimiento de Jesús fue un suceso único. No había ocurrido nunca antes, y jamás volverá a suceder por el resto de la eternidad. Con esas verdades en mente no debiera resultar difícil aceptar que antes de Su nacimiento nadie había visto la estrella de Belén. Y tampoco debiera resultar extraño que no podamos verla ahora. Entonces, eso nos dice que esa estrella tenía algo diferente. No era como ninguna otra estrella que existiera. Así como el gran pez que se tragó a Jonás no era como ningún otro pez. Así como la tierra antes del diluvio no era como esta tierra del presente. Y así como el idioma único mundial no es como los idiomas que hablamos hoy.
Lo que la Palabra de Dios revela acerca de la estrella de Belén
Volviendo a las Escrituras, a Mateo 2:1-2, leemos que la estrella de Belén es la estrella de Jesús, en el sentido de que apunta a Él. Los sabios dijeron “hemos visto SU estrella”. Tiene sentido que apareciera Su estrella justo cuando Él apareció. La estrella de Belén es la estrella de Cristo. No es cualquier estrella. Es Suya. Esto nos indica que ni siquiera debiéramos andar buscando alguna de las estrellas que conocemos para identificar al Salvador. Apocalipsis 6:13 nos dice que las estrellas de los cielos caerán a la tierra. Parece poco probable que alguna de ellas pudiera representar al Salvador que es eterno.
Hay quienes sugieren que la estrella de Belén era en realidad un ángel porque la palabra “estrella” en las Escrituras bíblicas también puede hacer referencia a seres angelicales (Apocalipsis 1:20). Pero cuando en las Escrituras aparecen ángeles, lo hacen como seres angelicales o como personas. Nunca aparecen como estrellas en el cielo. Más bien, hablan e interactúan con la gente. No aparecen en el cielo como luces, para desaparecer luego.
Es obvio que los sabios vieron algo que brillaba en el cielo, y que a ese algo lo llamaron estrella. También es obvio que no lo habían visto nunca antes, lo cual se comprueba por el hecho de que sabían que se había hecho visible como señal del momento del nacimiento del Rey. Y solo entonces emprendieron el largo viaje desde Oriente a Jerusalén. ¿Qué es lo que miraban, que sabían que no habían visto antes? Creemos que el Señor mismo responde esta pregunta. Creemos que los sabios vieron la estrella durante el DÍA, y más específicamente por la mañana, y NO en el cielo nocturno. Incluso las estrellas más brillantes solo se pueden ver por la noche. El sol es la única estrella que brilla tanto como para que la veamos durante el día. Pero si durante el día hubiese otra estrella que brillara más que el sol, sabríamos que se trata de una estrella que no es como las demás. Sabremos que está pasando algo sobrenatural.
Hay respaldo en las Escrituras para creer que lo sabios vieron otra estrella que brillaba más que el sol durante el DÍA. No hay otra estrella que pueda verse en el cielo diurno. Solamente la estrella de Belén es tan brillante como para que ni siquiera la luz del sol pudiera impedir que se hiciera visible durante el día. Y sabemos exactamente quién es esa estrella. El Señor dijo: “Yo soy la raíz y el linaje de David, LA ESTRELLA RESPLANDECIENTE DE LA MAÑANA” (Apocalipsis 22:16). Antes de Su nacimiento no se había visto brillar una estrella durante el día...una estrella que no fuera el sol. Y desde Su nacimiento no se ha vuelto a ver una estrella tan brillante como para que se la pueda ver de día. Con excepción del sol, todas las demás estrellas brillan solamente por la noche. Pero la estrella resplandeciente de la mañana es tan brillante que resplandece incluso más que el sol durante el día. Esa misma estrella del día quiere brillar en nuestros corazones. Leemos: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19).
Esa brillante estrella de la mañana es el Señor Jesús (Apocalipsis 22:16).
Traducción de Karin Handley de HeavenlyManna.net
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