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The Third Man by Angela Sheffield is based on a true story. Read chapter one now!
Lo que leemos en la Biblia tiene que ver con todos los seres humanos, sean cristianos o judíos, ateos o agnósticos, budistas, musulmanes o adherentes a alguna de las filosofías o nuevas religiones que surgen en el mundo. ¿Por qué? Ver mayor información sobre este interesante libro.
Jesus saith unto him, I am the way, the truth, and the life: no man cometh unto the Father, but by me.
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Jesus spricht zu ihm: Ich bin der Weg und die Wahrheit und das Leben; niemand kommt zum Vater, denn durch mich!
Vamos a revelar de manera sencilla las ingeniosas mentiras que dicen algunos católicos para defender las prácticas paganas del catolicismo en cuanto a las imágenes. De hecho, pondremos la mirada en los mismos pasajes de la Biblia que ellos utilizan con ingenio para engañar a las personas.
Ante todo, estos católicos afirman que ellos NO ADORAN a las imágenes porque “adorar significa reconocer como Dios eterno y supremo”. De inmediato, vemos el intento de cambiar justamente la definición de “adorar” con el fin de separarse de lo que es la idolatría flagrante. De acuerdo con cualquier diccionario que usemos, además de la Biblia, “adorar” es reverenciar a cualquier ser divino o sobrenatural. La palabra “adoración” jamás se limitó al significado de reverencias a un único ser supremo y/o eterno. El politeísmo, que data de los principios mismos del tiempo, tiene que ver con la adoración a muchos dioses y no, a un único dios supremo. Los griegos adoraban a muchos dioses, y no solamente a Zeus, su dios supremo. Los egipcios adoraban a muchos dioses y no solamente a su dios supremo Amón Ra. La lista podría seguir y seguir.
Ya habiendo comprendido esto, el primer pasaje de las Escrituras que vamos a mirar es crucial, y siempre debiéramos tenerlo en mente al leer pasajes de la Biblia que traten sobre la confección, posesión o adoración de imágenes. Éxodo 20:4 dice: “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.”
Las palabras clave de Éxodo 20:4 que tenemos que recordar siempre son “te harás”. Son dos palabras nada más, pero que marcan toda la diferencia del mundo. Los católicos señalan — en defensa del uso anti-bíblico que hacen de las imágenes — que Dios Mismo mandó a hacer las imágenes de los querubines en Éxodo 25:18. Pero justamente en ese capítulo 25 de Éxodo, los versículos 8 y 9 nos dicen con claridad qué es lo que sucedía: Dios está dando instrucciones para que se levante un santuario...un tabernáculo en el que Él habitaría entre los de Su pueblo. Las imágenes que Dios manda a hacer son PARA ÉL. No se las harán para ellos. Recordemos que la prohibición del capítulo 20 de Éxodo dice: “No te harás imagen”. Moisés no levanta el tabernáculo para sí mismo, sino para Dios. Por eso no está haciendo las imágenes de los querubines del tabernáculo para su propio placer, ni por voluntad propia. Las está haciendo para el Señor, según instrucciones muy específicas dadas por el Señor. Hacerte una imagen, y hacer una imagen PARA DIOS son dos cosas completamente diferentes.
Los católicos afirman que como Dios le habló a Moisés entre las imágenes de los querubines (Éxodo 25:22) está bien que nosotros tengamos imágenes y nos conectemos con Dios a través de esas imágenes. Lo repetimos: Moisés no hizo esas imágenes para sí, ni por voluntad propia. Estaba siguiendo órdenes directas del Señor, que ordenó que se levantara el tabernáculo para habitar en medio de Israel. No es de extrañar que el Espíritu Santo estuviese “adosado” a las imágenes que Él mandó que se hicieran.
Algunos católicos incluso señalan que Jesús — al mencionar a la serpiente de bronce — jamás criticó ni condenó su confección (San Juan 3:14). ¿Y por qué lo haría? Él es Dios. ¿No ordenó Dios que se hiciera la serpiente de bronce en Números 21:8? Sí, así fue. ¿Por qué esperaríamos que Jesús condenara algo que Él había ordenado?
En conclusión: no te dejes engañar por los católicos que enseñan que está bien tener y confeccionar imágenes, e incluso inclinarte ante ellas con la excusa de que en el Arca de la Alianza había imágenes de dos querubines.
Sí, Dios habló desde en medio de los querubines. Y Josué postró su rostro en tierra ante el Arca con los querubines. Repetimos lo anterior: Moisés no decidió por su cuenta que haría esas imágenes de querubines, ni las hizo con el aspecto que su imaginación le dictó. Entonces ¿por qué hacen imágenes los católicos siguiendo su imaginación y dicen que eso es bíblico? En cuanto al diseño del tabernáculo, leemos que Dios dijo: “Conforme a todo lo que yo te muestre, el diseño del tabernáculo, y el diseño de todos sus utensilios, así lo haréis” (Éxodo 25:9).
Las Escrituras nos dicen que Dios le mostró a Moisés qué hacer. ¿Qué modelo de imágenes han recibido de Dios los católicos? Nos resultaría muy raro que en todas las imágenes que Dios ordenó que se confeccionasen para Él, no había NI UNA que fuese la imagen de una persona. Ni de Abraham. Ni de Noé. Ni siquiera de Moisés, a quien Él le dio instrucciones para que construyera Su tabernáculo. Así que ¿por qué tienen los católicos imágenes de María con un “bebé Jesús”, e imágenes de “santos” que también participaban de prácticas paganas? Busca en la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis, y no encontrarás a ningún santo de Dios confeccionando imágenes de personas, ni siquiera de personas justas. Tampoco de Cristo mismo. Ahora, Cristo es parte de Dios, de la Divinidad. Y sin embargo no hemos de imaginar Su aspecto, ni hacer una imagen e inclinarnos ante ésta para de alguna manera sentirnos más cerca de Él. Y no es una opinión. Es la verdad bíblica. Leemos: “...no debemos pensar que la Divinidad sea semejante a oro, o plata, o piedra, escultura de arte y de imaginación de hombres” (Hechos 17:29). Arte e imaginación humanas.
Las imágenes que usa el catolicismo provienen del arte y la imaginación humana. Los católicos afirman que sus imágenes les sirven para recordar a Dios. En el Antiguo Testamento, Dios trataba con el pueblo por medio de profetas, y de las imágenes específicas que Él ordenó. Y como Él las ordenó y diseñó, Su Espíritu estaba “adosado” a ellas. Jesús nos enseña con claridad que bajo el Nuevo Testamento el Espíritu Santo es Quien nos recuerda la Palabra de Dios (San Juan 14:26). Jesús Mismo es el Verbo de Dios (San Juan capítulo 1). Así que es el Espíritu Santo Quien nos recuerda a Él. El Espíritu Santo vive en los creyentes sinceros del Nuevo Testamento (San Juan 14:17). Entonces, si habita en ti el Espíritu Mismo de Dios ¿por qué querrías una imagen para conectarte con Dios? Aquí hay algo que está muy mal.
Based on true events, The Third Man by Angela Sheffield, brings the Bible up close and personal as the characters face real issues of life: Betrayal, deceit, romance, bitterness, anger against God, hopelessness, will power, perplexity, triumph, unforgiveness, mental illness, and the "Alcohol made me do it" excuse. Read chapter one FREE now.
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