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Was There A Curse On Helen's Romantic Life?
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¿Qué tiene que ver conmigo? por Teófila Gottfried
Lo que leemos en la Biblia tiene que ver con todos los seres humanos, sean cristianos o judíos, ateos o agnósticos, budistas, musulmanes o adherentes a alguna de las filosofías o nuevas religiones que surgen en el mundo. ¿Por qué? Ver mayor información sobre este interesante libro.
Scripture of The Day - St. John 14:6
Jesus saith unto him, I am the way, the truth, and the life: no man cometh unto the Father, but by me.
Escritura del día - San Juan 14,6
Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Bibelstelle des Tages - Johannes 14,6
Jesus spricht zu ihm: Ich bin der Weg und die Wahrheit und das Leben; niemand kommt zum Vater, denn durch mich!
Por qué es probable que la marca de la bestia de Apocalipsis no sea un microchip
Aunque muchos líderes cristianos de renombre creen que la marca de la bestia de la que habla Apocalipsis es un microchip que pronto comenzará a usarse en todo el mundo, nosotros sospechamos que se trata de algo muy distinto y mucho más simple que ni siquiera requiere del uso de la tecnología de nuestros días.
Miremos Apocalipsis 13:16-17 más de cerca
Leemos allí: “Además logró que a todos, grandes y pequeños, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiera una marca en la mano derecha o en la frente, de modo que nadie pudiera comprar ni vender, a menos que llevara la marca, que es el nombre de la bestia o el número de ese nombre” (Apocalipsis 13:16-17 – RVR60).
Muchas veces oímos decir que los robos de identidad y los fraudes con tarjetas de crédito y débito han sido la razón por la que se implementó el microchip en los plásticos para proteger contra el robo en el mundo electrónico. En dos palabras, las tarjetas generan un código en particular cuando se hace una compra. Es un código que contiene datos ocultos que antes, con las tarjetas antiguas que guardaban la información de procesamiento de transacciones en la banda magnética, no estaban tan protegidos. Además de la generación de códigos en particular, los microchips almacenan información. Y de hecho, los microchips almacenan una enorme cantidad de datos en su mínimo tamaño. También pueden usarse para rastrear como cuando los biólogos marinos u otros científicos los implantan en animales silvestres para hacer un seguimiento. Hasta ahora el microchip se utiliza para lograr tres objetivos:
Generar un código único y particular
Rastrear
Almacenar datos
En ninguno de estos propósitos vemos oculta la marca de la bestia de la que nos habla Apocalipsis. Ante todo porque el microchip, por pequeño que fuera, es un objeto que puede sostenerse, manipularse. No es una marca, ni algo que se imprime en algo o alguien. Más aún, las Escrituras dicen que quienes se nieguen a llevar esa marca no podrán ni comprar ni vender. Eso nos dice que su propósito no tiene nada que ver con la protección de nuestros datos financieros cuando efectuamos una compra. Y si vendemos, nuestra información no queda expuesta. ¿Por qué necesitaríamos entonces la marca para poder vender? Esto nos revela el plan siniestro y diabólico de excluir totalmente a los creyentes en Jesús de la participación en transacciones comerciales. Tendremos que depender completamente del Señor para nuestro sustento.
Recordemos que servimos al mismo Dios que hizo llover maná (pan) del cielo (Éxodo 16:4). Es el mismo Dios que hizo fluir agua de la roca (Éxodo 17:6). Servimos al mismo Dios que usó a los cuervos para que le llevaran comida a Su siervo Elías (1 Reyes 17:6). Es el mismo Señor que proveyó alimento para la viuda que le dio de comer a Elías (1 Reyes 17:13-14). Nuestro Dios multiplicó unos pocos peces y hogazas de pan para dar de comer a una multitud (Mateo 14:17, 15:34). A medida que conocemos más sobre nuestro Dios podemos entender mejor por qué y de qué modo nuestra fe vence al mundo. Cuando aparezca la marca de la bestia de Apocalipsis será un sistema mundial en el que quien se niegue a llevar la marca no podrá sobrevivir sin protección divina y provisión de Dios a través de la fe. Nuestra fe en Jesús vencerá lo que sea que suceda en el mundo entero.
La marca de la bestia a la luz de Levítico 19:28
Apocalipsis 13:16-17 nos dice que la marca de la bestia es eso: una marca. Un microchip no es una marca. Una marca es algo que se imprime sobre algo, y un microchip es algo que se implanta. Hay una gran diferencia. Y además, las Escrituras revelan que la marca no tiene como propósito proteger la información comercial, algo que el vendedor no necesita. No leemos que la marca almacene información ni que genere códigos o datos de ninguna clase. Todo eso lo puede hacer un microchip, pero no una marca impresa.
Al enemigo le interesa algo mucho más importante que el rastreo, el almacenamiento de datos, o la generación de códigos únicos. Quiere que el mundo le jure lealtad y que sean su “propiedad”. Quiere que la gente se identifique con su reino por voluntad propia. Pero si es necesario utilizará el miedo. Allí está la razón para que se les prohíba comprar y vender a los que no tienen la marca de la bestia, como nos dice Apocalipsis. El miedo es un arma muy potente que usa Satanás. Muchos diremos quizá: “¿Tengo que dejar que me pongan la marca para poder comprar y vender porque solo así podré sobrevivir?” ¿Forma parte esto de la razón por la que “los cobardes, los incrédulos...recibirán como herencia el lago de fuego y azufre?" (Apocalipsis 21:8)
Dios nos ha revelado en Su Palabra que no quiere que Su pueblo se imprima marcas en el cuerpo. Y lo que Dios quiere o no quiere no es sencillamente un pedido para que hagamos o no hagamos algo. Su voluntad es un mandamiento. Leemos: “No haréis rasguños en vuestro cuerpo por un muerto, ni imprimiréis en vosotros señal alguna. Yo Jehová” (Levítico 19:28).
Los tatuajes son marcas permanentes que se hacen en el cuerpo y en la antigüedad la gente los usaba para identificarse con determinados dioses y diosas. Los que usaban tatuajes eran los paganos. Es este uno de los numerosos mandamientos seguidos de las palabras de afirmación de Dios: “Yo Jehová” (Yo soy el Señor). Watchman Nee explicó el por qué de manera excelente. ¿Entendía el pueblo de veras por qué Dios les prohibía que se imprimieran marcas en el cuerpo? ¿Por qué no le gustan a Dios las marcas en nuestros cuerpos? ¿Qué razón hay para este mandamiento, y otros? La razón es el Señor. Y por eso Él dice: “Yo soy el Señor”. Es decir: No lo hagas sencillamente porque dije que no has de hacerlo. Yo soy tu razón cuando lo entiendes, y cuando no lo entiendes también.
El Señor siempre ha protegido y guardado la vida espiritual de Su pueblo. Pero esa protección, provisión y bendición exige obediencia. Es razonable decir que el antiguo Israel no habría tenido idea siquiera de la marca venidera de la bestia de Apocalipsis. El Nuevo Testamento ni siquiera existía, y ni qué decir de las cosas del libro de Apocalipsis que no hemos vivido tampoco en estos tiempos. Pero Dios conoce el futuro. Y en Su amor intenta protegernos enseñándonos las cosas que tenemos que hacer, y también las que no tenemos que hacer.
Los tatuajes son marcas permanentes, y la marca de la bestia de Apocalipsis es una marca permanente. Esta última no solo queda sellada en la piel sino también en el espíritu, el sello que separa a esa alma del pueblo de Dios. Es por designio demoníaco que se difunde como fuego la práctica de tatuarse en lugares donde antes no era tan popular. El enemigo quiere que pensemos que tatuarse no es malo porque si su marca llega a ser un tatuaje, no tendremos problemas en hacernos uno más. Pero cuando obedecemos los mandatos de Dios, el Espíritu Santo nos inspira aversión contra las cosas que se oponen a Dios. Allí está la gran protección contra la trampa del enemigo, de la que parece que no habrá escapatoria si llegamos al punto de aceptar la marca de la bestia de Apocalipsis.
Si tienes tatuajes, incluso un tatuaje con el 666, NO ES QUE TIENES la marca de la bestia de Apocalipsis. Esa marca no ha entrado en escena siquiera todavía. Antes de que lo haga, tienes tiempo de recibir a Cristo como tu Señor y Salvador. En cuanto a los tatuajes que ya tienes, cúbrelos con maquillaje o con la ropa.
Traducido al español por Karin F. Handley
Based on true events, The Third Man by Angela Sheffield, brings the Bible up close and personal as the characters face real issues of life: Betrayal, deceit, romance, bitterness, anger against God, hopelessness, will power, perplexity, triumph, unforgiveness, mental illness, and the "Alcohol made me do it" excuse. Read chapter one FREE now.
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